Llevo mucho tiempo desconectada del blog pero esta entrada tenía que hacerla ya que somos muchas las que tenemos la piel tan sensible que la limpieza facial diaria es más un problema que un placer.

Cuando no utilizaba cosmética natural solía tener la piel muy grasa (realmente era una reacción de mi piel a productos que le producían más daño que otra cosa y de ahí el exceso de sebo) pero al dejar todo ese tipo de limpiadoras, tónicos y cremas empecé a tener la piel muy seca y muy sensible. 

Una compañera que conocí a través del blog me regaló la limpiadora de Acure Organics , que ha sido hasta la fecha la mejor limpiadora que he tenido. Encontrar esta marca en España no siempre es fácil, por eso he estado buscando sustituta y no está siendo tan sencillo como parece.

Cuando empezó la pandemia compré este gel limpiador, me ha durado más de un año y ahora os cuento la razón .

Gel limpiador facial con Aloe Vera y Caléndula Bio de Avril

Como he comentado unas líneas más arriba, tengo la piel seca, sensible y con tendencia a irritarse y aunque este gel es muy suave y fresquito a medida que pasa el tiempo tengo que espaciar más y más su uso para evitar la tirantez y sequedad que me genera.

Es curioso, no tiene jabón (es una de las cosas que más me gustó cuando lo compré) y aún así limpia en profundidad el rostro con muy poca cantidad. He probado otras limpiadoras con jabón y el resultado ha sido dos días bien y al tercero irritación, sequedad y en algunos casos dolor. 

Tengo algún grano esporádico  un par de días antes del periodo. Para tratarlos y evitar las marcas,  solía usar jabón específico en esa zona y después un sérum que los seca durante la noche, pero también he comprobado que puedo limpiar el rostro con este gel, utilizar después el sérum y obtener el mismo resultado (tarda un par de días más) pero machaco menos la piel y por eso he abandonado definitivamente el jabón en todas sus formas para la limpieza facial.

Pero... con el paso de los meses he notado que tenía cada vez la piel más seca y más sensible y he tenido que espaciar su uso a 1 vez a la semana e incluso dejarlo a un lado los meses de verano porque no lo soporto. 

Es un producto sin perfume, muchos de ellos aún siendo naturales me producen irritación y picores, así que para quienes buscan productos con aromas intensos no lo recomiendo, su aroma es sumamente sutil.

Gel limpiador facial con Caléndula y Aloe Vera Bio de Avril

Puede usarse para retirar el maquillaje ya que no escuece si entra en contacto con los ojos. En mi caso no como algo habitual (soy de usar primero un bifásico o aceite de coco) pero para ocasiones puntuales en las que tienes prisa o has llegado muy tarde y muy cansada y quieres acortar pasos en la rutina facial lo veo perfecto. 

Ingredientes: Agua, Triticum spelta (espelta) seed water*, Glycerin, Cocamidopropyl betaine, Xanthan gum, Benzyl alcohol, Cellulose gum, Sodium cloride, parfum, Calendula officinalis (caléndula) extract*, Dehydroacetic acid, Sodium levulinate, Sodium benzoate, Lactic acid, Aloe Babadensis (aloe vera)leaf juice powder*.

*procedente de agricultura ecológica.

Os dejo enlace del lugar donde lo he comprado (Planeta Huerto) como referencia pero seguro que existen más tiendas o webs.

Para terminar, deciros que ha pasado mucho tiempo desde mi ultima entrada (el covid ha sido una locura para todos) pero espero recuperar el tiempo en el que publicaba más a menudo poco a poco. 

¿Hasta la próxima entrada!

En la entrada anterior os contaba mis problemas con la piel del rostro durante el verano debido a las altas temperaturas y terminaba la misma refiriéndome a la crema de hoy: la hidratante Sheabutter de Martina Gebhardt.
La hidratante de Matarrania no terminaba de proporcionarme la comodidad que necesitaba y me decidí por esta crema especial para pieles hipersensibles con el fin de alternar ambas.

Durante un tiempo convivieron en armonía y a medida que pasaban los días esta hidratante de Martina Gebhardt terminó por sustituir a la hidratante de Matarrania ya que calma la irritación y los picores, cosa que la de Matarrania no hace.

Siento admiración y fascinación por esta casa, quizás sus envases no sean los más atractivos (aunque en mi modesta opinión de nada vale una gran presentación si lo que va dentro no nos sirve de mucho) pero las cremas que contienen a mí personalmente me funcionan muy bien. 

Su filosofía "menos es más" también encaja con mis necesidades. No necesito muchos pasos en mis rutinas faciales para tener una piel bonita y cuidada pero es importante que lo que me aplico antes de salir por la puerta de casa aguante las muchas horas que paso fuera sin retoques, ya que estos últimos no siempre me los puedo permitir.

Crema facial para pieles hipersensible Sheabutter de Martina Gebhardt

Esta crema es 50% agua, 50% sustancias oleosas y aún así le ocurre lo mismo que a la crema de Matarrania (que no lleva agua), cuesta aplicar la dosis adecuada porque es más untosa de lo que parece a simple vista.

De nuevo el truco es simple, pulverizar un poquito de hidrolato, agua floral o agua termal (¡ojo, que me lo habéis preguntado: el agua micelar no vale!) y con la piel húmeda aplicar la crema. Otro truco extra: tener el tarro en la nevera. La textura así es más sólida y se dosifica mejor, de paso también está fresquita y en mi caso calma antes la irritación ;-)

La línea Sheabutter no tiene glicerina, ni aceites esenciales, ni alcohol ni productos derivados de las abejas con el fin de minimizar la posibilidad de una posible reacción alérgica. No olvidemos que aunque los aceites esenciales y los extractos de algunas hierbas estén obtenidos de cultivos ecológicos y siguiendo procesos que mantienen su calidad óptima intacta, pueden producir irritación en las pieles más sensibles.

Ingredientes: Agua, aceite de Olivaº, lanolina, manteca de karitéº, agua de rosa damascenaº, cera de carnaúba, manteca de cacaoº, extracto de raíz de saúco negroº, extracto de corteza de magnoliaº, extracto de hojas de téº, esencia espagírica de la manteca de karitéº, vitamina E, oro, plata, azufre.

º Procedente de la agricultura ecológica y biodinámica con certificado Demeter.

Crema facial Sheabutter de Martina Gebhardt, detalle de la textura

Un día de estos quizás podría hablaros de la esencia espagírica de las cosas, es curioso porque esto viene del antiguo Egipto y de cómo se obtenían las esencias de las plantas que se utilizaban en la elaboración de remedios pero tampoco quiero alargar esta entrada con algo que no sé si realmente le interesa a alguien. Si tenéis curiosidad podéis indagar un poquito en Google y os sorprenderá ver que la homeopatía, la fitoterapia o la aromaterapia no están tan lejos de este concepto como uno podría pensar.

Lo bueno de la línea Sheabutter es que tiene tónico, crema, loción (versión ligera de la crema) y limpiadora en varios tamaños para poder probar sin arriesgar, pero os comento que para pieles muy sensibles, secas y con tendencia a irritarse es de lo mejor que he probado.

Gracias a una muestra he podido probar la limpiadora (no tiene jabón) pero tiene una buena cantidad de aceite y manteca de karité y me ha gustado mucho, así que seguramente compre el tamaño grande.

En resumen, esta cremita se ha convertido en una de mis favoritas junto con el contorno de ojos de aguacate de la misma casa que ya es un clásico en mi armario del baño.

Mucho se ha escrito sobre esta hidratante de Matarrania, quizás tanto que cuesta pensar que se pueda aportar algo nuevo,  pero como cada persona es distinta os dejo mi experiencia por si os sirve de ayuda.

Este verano ha sido el segundo más cálido (solo superado por el verano del 2003) desde 1961 y para quienes tenemos la piel muy sensible y con tendencia a irritarse los extremos no son buenos, ya que notamos en mayor medida la falta de hidratación, pueden aparecen picores y en algunos casos mayor sensibilidad que impide el uso de exfoliantes o de limpiadores. 

En mi caso particular, prácticamente estaba descartado el uso de jabón, la doble limpieza, exfoliantes por muy suaves que fuesen y sobre todo notaba los picores y la piel tan pero tan seca que combinaba aceites con más aceites y aún así no era suficiente.

Conociendo mi problema, May, la dueña de la preciosa tienda Mesemia se ofreció a mandarme el producto que yo quisiera (desde aquí, muchísimas gracias!!) y me decidí por esta crema que básicamente es una combinación de aceites que promete hidratar y nutrir las pieles más secas. Junto a esta crema también me envió unas muestras del aceite de germen de arroz de La Albufera y varias muestras de otras hidratantes para que pudiera valorar otras opciones.

Os dejo su instagram (@mesemia_bio) para que podáis ver las cosas tan bonitas que tiene (todas bio) y por cierto, si vivís en Cádiz tenéis la posibilidad de pasar por su tienda física que ha abierto sus puertas hace poquito y es una maravilla. 

Como os comentaba al comienzo esta crema es aceite con más aceite, para ser exactos: aceite de oliva, de almendras, de sésamo, de girasol, de rosal silvestre y palmarosa. Todos los aceites son vírgenes de primera prensión en frío y 100% ecológicos. Si a esa mezcla de aceites le añadimos la falta de agua en su composición, nos encontramos frente a una crema bastante densa y con la que es difícil controlar la cantidad durante su aplicación. 

No me entendáis mal, es sólida pero blanda y al contacto con los dedos se derrite con mucha facilidad pero es habitual usar demasiada con lo que el rostro puede tardar un tiempo en absorber completamente la cantidad que nos hemos puesto. 

Al principio notaba que por mucha cantidad que pusiera no parecía suficiente, no me sentía del todo cómoda... me hacía falta el agua que no tiene. Lo solucioné pulverizando primero hidrolato de manzanilla (o agua termal) y con la piel húmeda aplicaba la crema. Así se usa menos cantidad y en mi caso, encontraba el equilibrio que me hacía falta. 

Ha sido una buena terapia de choque, me ayudó a recuperar el control sobre la piel del rostro y la sequedad desapareció pero no lo hicieron los picores y la irritación. Era evidente que iba por el buen camino pero necesitaba algo diferente y por eso pasé a otra crema de la que os hablaré en breve. Alternando ambas he conseguido volver a tener la piel del rostro completamente controlada, lo que a una le falta lo suple la otra y a la inversa.

Como adelanto, os cuento que su compañera de fatigas es de la marca Martina Gebhardt y juntas son la combinación perfecta ;-)

Nos vemos en la próxima entrada. ¡feliz semana!

Hoy os hablo de mis dos descubrimientos de este año en la sección de cremas de manos. Mi favorita siempre fue la crema de manos de Naobay porque tiene el punto justo de hidratación sin resultar pesada y un delicioso aroma a naranjas que, como enamorada de los aromas cítricos, me resulta relajante e inspirador.

Suelo ser fiel a los productos que más me gustan pero a todos nos apetece descubrir cosas nuevas, unas veces aciertas y otras no tanto. En este caso, prescindir de mi crema de Naobay me llevó a descubrir dos pequeñas joyas que casi le han robado el puesto y se colocan a su lado en los primeros puestos del podio. Confieso que soy incapaz de elegir entre las dos, por eso ambas comparten protagonismo en la reseña de esta semana.

Cremas de manos Saaremaa y Oblepikha de Natura Siberica

Crema de manos Saaremaa

Era mi línea favorita después de probar el gel de baño. Me ganó el olor tan especial que tiene (sé que otras prefieren Faroe) y pensé que si la crema de manos olía igual de bien, sería un gusto tenerla en casa. No me equivoqué.

Crema de manos Saaremaa de Natura Siberica

Es una crema de manos fresquita, con una textura ligera que garantiza una rápida absorción, de un olor dulce y afrutado (lleva mora de los pantanos) que se percibe nada más extender la crema por las manos pero que permanece muy poquito sobre la piel.  Es una delicia.

No soporto las cremas muy densas que permanecen sobre las manos durante minutos dejando una capa aceitosa para proporcionar una buena hidratación. Tengo la piel seca pero aplicando esta crema cada noche no he notado sequedad y eso que ha sido mi crema de manos todo el invierno, lo que demuestra que se pueden hacer cremas hidratantes y con una textura ligera sin complicaciones. Su segundo ingrediente tras el agua es la manteca de karité así que hidratar, hidrata.

¿Algo que no me guste? Mi única queja va para el envase. Es metálico y cuando lo presionas para que salga la crema hay que tener cuidado de no hacerlo con demasiada fuerza para evitar que se abra por los bordes y el tapón, el tapón es una rosca muy pequeña que parece tener vida propia. Prefiero otro tipo de envases.

Crema de manos Oblepikha (Espino Amarillo)

Hace tiempo nos regalaron un champú de esta línea (del que ya os hablaré) y nada más olerlo fue enamorarme. Su color calabaza y su olor son iguales a los helados Solero de Frigo ¿los conocéis? tienen un punto dulzón pero el aroma que queda es como a frutas ácidas. Para mí, es como mezclar a la vez  cítricos y vainilla. Me chifla.

Crema de manos Oblepikha de Natura Siberica

Por eso compré la crema de manos, con la esperanza de que oliera igual. No es así, huele a golosinas. Las golosinas de la niñez, tipo fresitas, moras, dedos, etc (jajajaja) no hay ese punto cítrico, solo es dulce pero por suerte es muy sutil y no permanece en la piel, de lo contrario no la soportaría.

Lo que sí se mantiene es el color anaranjado de la crema, propio de toda la línea, y comparte con la anterior textura e hidratación aunque no lleva manteca de karité por ningún lado pero a cambio nos encontramos una buena dosis de aceites de plantas propias de la región Siberiana.

Llevo con ella todo el verano y me gusta un montón porque me ha reducido los picores que tenía en las muñecas (he tenido la piel muy irritada todos estos meses por culpa del calor y de los químicos que le añaden al agua) hidratando la zona para evitar que me rascara incluso dormida.

¿Entendéis ahora  que me resulte tan difícil elegir entre ambas?

Recuerdo que cuando vi este jabón, lo primero que me llamó la atención fue su presentación. Una cáscara vegetal de hoja de platanero lo protege, se puede usar como jabonera o para guardar el jabón en los desplazamientos (aunque yo personalmente prefiero usar latitas o bolsas impermeables que se encuentran disponibles precisamente para estos casos) pero en mi caso, la he partido en dos y la uso como decoración dentro del baño ya que desprende un olor genial, propio del jabón que contenía.

Sus ingredientes son sencillos pero todos juntos hacen que el jabón desprenda un aroma muy intenso a flores y especias. Cuando digo que su olor es intenso es una forma suave de decir que durante días, cada vez que alguien entraba en la habitación donde lo guardaba, se percibía claramente el aroma del mismo hasta el punto de tener que prescindir del ambientador en esa zona de la casa.

Si te gusta el olor te encantará, pero si no es el caso no hay forma de disimularlo. Es con diferencia el jabón con más perfume que he tenido en casa (incluyendo los de Kia Ora que son muy olorosos o los de Pacífica que también tienen lo suyo).

Ingredientes: sodium cocoate, parfum, citrus aurantium (Naranja) peel oil, citrus bergamia (Begamota) peel oil expressed, eugenia caryophyllus (Clavo) bud oil, lavandula anguistifolia (Lavanda) oil, pandanus odoratissimus (Kewda) oil, pelargonium graveolens (Geranio) flower oil, pagostemon cablin (Pachuli) leaf oil, benzyl benzoate, coumarín.

El Kewda (kewra o keora) es un extracto destilado de la flor Pandanus macho cuyas principales plantaciones se encuentran en las áreas costeras de Chhatrapur, Rangeilunda, Patrapur y Chikiti (India) y se utiliza para hacer perfumes principalmente. El olor afrutado de la flor con toques de rosa, jacinto y miel es muy apreciado por lo que existen más de 200 fabricas en la zona dedicadas únicamente a su destilación. De la cosmética natural siempre se aprende algo nuevo ;-)

Se supone que es apto para pieles sensibles y secas, promete regenerar, equilibrar y cuidar la piel de todo el cuerpo. También se puede usar como champú.

En mi caso no lo he probado como champú, tengo cosas que me gustan más, pero en el cuerpo si que me ha gustado.

Es un jabón bastante duro (me recuerda en ese aspecto a los jabones de Alepo) no se deshace ni se queda blando, hace una espuma suave y no reseca demasiado pero deja un olor muy potente en la piel.

Jabón ayurvédico de Bergamota de Karawan Authentic

Aunque su apariencia es bastante tosca, es un jabón delicado y me ha gustado lo bien que ayuda a secar granitos y en la cicatrización de heridas (he tenido una quemadura importante porque me saltó la cera caliente y este jabón junto a una cremita de Matarrania me han funcionado muy bien) pero su olor intenso no es para todos los días.

Suelo alternar este jabón con otro con poco olor para no saturar la nariz y terminar cansada de él, por eso me ha durado mucho, pero ya estoy pensando en repetir con otra variedad.

En resumen, un jabón estupendo con un olor que te relaja y despierta a partes iguales. 

Precio (Idun Nature): 5.25€ /100g